¿Son eficaces los alimentos enriquecidos?

Ya no nos alimentamos para saciarnos o satisfacer nuestra hambre. Actualmente la alimentación se basa en la seguridad, proveer al organismo de los nutrientes necesarios que mejoren nuestra salud y prevengan enfermedades. Se ha creado un nuevo concepto de nutrición, la llamada alimentación saludable, donde los alimentos funcionales cobran vital importancia. En esta categoría se incluyen los alimentos enriquecidos. Se trata de incrementar las propiedades nutricionales de ciertos alimentos con el fin de asegurar sus beneficios al alcance de un mayor número de la población.  Algunos ejemplos: la leche enriquecida con calcio, los zumos de frutas con extra de vitamina C, cereales enriquecidos con fibra… Pero en la actualidad se ha dado un paso más, y se tiende a los alimentos de diseño. La tendencia pasa por añadir a los productos otros nutrientes que no tenían en su origen, o que tenían en cantidades muy pequeñas. Por ejemplo: leche enriquecida con flúor, zumos enriquecidos con leche, huevos con ácidos grasos omega, fiambre enriquecido con fibra… Más que tratarse de alimentos enriquecidos, son ya alimentos funcionales, cuya filosofía es la de ofrecer una ventaja saludable más allá de los puros efectos nutricionales. ¿Pero se cumple este objetivo, o se trata más de de cierta propaganda comercial que de la propia realidad? Estos productos pueden ser útiles para equilibrar carencias específicas o necesidades nutricionales puntuales, debidas generalmente a hábitos alimentarios incorrectos muy difíciles de solucionar por otras vías. Debemos tener siempre en cuenta que, una dieta diversa en cantidades adecuadas puede aportar por sí sola los nutrientes precisos para una persona sana y normal. Y que si de detectan carencias específicas es mejor recurrir a suplementos nutricionales naturales, manteniendo nuestra dieta sana y equilibrada.