¿Llegas agotada al final del día? ¿Cansancio o astenia?

Es algo muy habitual que las mujeres, y sobre todo las madres de familia, lleguen agotadas al final del día. El trabajo, la familia, las labores del hogar… Son demasiadas cosas para que el cuerpo no se resienta. Pero es necesario saber si lo que estamos padeciendo es realmente cansancio o en realidad es astenia. A diferencia del cansancio, la astenia es un trastorno que perdura en el tiempo, incluso cuando no estamos realizando un esfuerzo físico o psicológico superior al habitual. La falta de vitalidad, el cansancio físico e intelectual o la debilidad son algunos de los síntomas más comunes. Se suele dar más en mujeres que en hombres, sobre todo en la franja de edad que va de los 30 a los 40. La más conocida de las astenias es la primaveral, la que viene causada por un cambio de estación, pero desde el punto de vista clínico se clasifica en funcional (la que padece un 55% de la población que padece astenia y que viene provocada por un exceso de trabajo o mala alimentación, entre otras causas) o la orgánica (causada por procesos metabólicos internos y que sufren un 45% de los asténicos). Para combatir cualquiera de estos tipos de astenia es necesario recuperar hábitos saludables para que nuestro cuerpo vuelva a disponer de todos los nutrientes necesarios para hacerle frente. Fruta, verdura, carnes, pescados, cereales, un poco de ejercicio al día… Las carencias de vitaminas y minerales se ha demostrado que es una de las causas principales de padecer astenia. Si la recuperación de los hábitos saludables y una dieta baja en grasas no es suficiente, sería conveniente recurrir a un aporte extra de vitaminas y minerales, eso sí, siempre según la Cantidad Diaria Recomendada (CDR).