Fases de la varicela: síntomas, tratamiento y consejos
Fases de la varicela: síntomas, tratamiento y consejos
La varicela es una enfermedad viral común que afecta principalmente a los niños. Conocer las fases de la varicela es esencial para una mejor comprensión de su evolución y tratamiento. A continuación, exploraremos cada una de las etapas de esta enfermedad, así como los síntomas más comunes y algunas recomendaciones para su manejo.
¿Qué es la varicela?
La varicela es causada por el virus varicela-zóster, que se transmite fácilmente de persona a persona. Es más común en niños menores de 14 años, aunque cualquier persona que no haya tenido la enfermedad o que no esté vacunada puede contraerla.
Fases de la varicela
1. Contagio del virus
El contagio se produce al estar en contacto con alguien que tiene varicela. Esto puede suceder a través de las gotas respiratorias que se liberan al toser o estornudar, o por el contacto directo con las ampollas de una persona infectada.
2. Periodo de incubación
Después de la exposición al virus, hay un periodo de incubación que dura entre 10 y 21 días, durante el cual el virus se multiplica en el interior del cuerpo, aunque la persona no presenta síntomas.
3. Primeros síntomas
Los primeros síntomas de la varicela suelen ser similares a los de un resfriado. Pueden incluir:
- Fiebre leve
- Malestar general
- Dolor de cabeza
- Cansancio
- Tos
Estos síntomas iniciales aparecen generalmente uno o dos días antes de la aparición de las erupciones en la piel.
4. Erupciones cutáneas
Las erupciones son uno de los signos más distintivos de la varicela. Comienzan como pequeñas manchas rojas que rápidamente se convierten en ampollas llenas de líquido. Este proceso se desarrolla en varias etapas:
- Los puntos rojos aparecen primero en la cara y el torso.
- Las ampollas se expanden a otras partes del cuerpo.
- En uno o dos días, las ampollas se convierten en costras.
El brote puede durar entre 5 y 7 días, y es importante evitar el rascado para prevenir infecciones secundarias y cicatrices.
5. Picor intenso y malestar
El picor intenso es uno de los síntomas más molestos durante la varicela. Para aliviarlo, se recomienda:
- Usar ropa ligera y cómoda.
- Tomar baños tibios con avena coloidal.
- Evitar cremas y productos que puedan obstruir los poros.
Es crucial no rascarse, ya que esto puede causar infecciones en la piel y complicar el proceso de curación.
Tratamiento de la varicela
El tratamiento de la varicela se centra en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Algunas recomendaciones incluyen:
- Mantener al niño en casa hasta que todas las ampollas estén costradas.
- Administrar medicamentos para reducir la fiebre y el malestar.
- Proporcionar suficiente líquido para mantener la hidratación.
Siempre es recomendable consultar con un médico para recibir orientación sobre el tratamiento adecuado y si es necesaria la vacunación en el futuro.
Conocer las fases de la varicela y cómo tratarla es vital para asegurar una recuperación eficaz y prevenir complicaciones. Mantente informado y consulta a un profesional de la salud ante cualquier duda o síntoma.
Preguntas frecuentes sobre la varicela
¿Cuál es el agente causante de la varicela?
La varicela es provocada por el virus varicela-zóster, que pertenece a la familia de los herpesvirus. Al contraerlo, el virus permanece en el cuerpo y puede reactivarse en forma de culebrilla en la edad adulta.
¿Cómo se transmite la varicela a través de las gotitas respiratorias?
El virus se dispersa cuando una persona infectada tose o estornuda, liberando gotitas que contienen el virus. Cualquier individuo no inmunizado puede inhalar esas partículas y contraer la infección.
¿Cuánto dura el periodo de incubación del virus varicela-zóster?
El periodo de incubación oscila entre 10 y 21 días desde la exposición al virus. Durante este tiempo el virus se multiplica en el cuerpo sin que aparezcan síntomas visibles.
¿Qué síntomas suelen presentarse antes de la aparición de las erupciones?
Uno o dos días antes de las manchas en la piel suelen presentarse fiebre leve, dolor de cabeza, cansancio y tos. Estos síntomas se parecen a los de un resfriado común y sirven de alerta para el inicio de la erupción.
¿Cómo progresan las erupciones cutáneas durante la varicela?
Primero surgen pequeñas manchas rojas en la cara y el torso que evolucionan a ampollas llenas de líquido en 24 horas. En uno o dos días estas ampollas se secan y forman costras, proceso que dura entre 5 y 7 días.
¿Qué indicaciones hay para prevenir la formación de cicatrices en las lesiones?
Es esencial evitar rascarse y mantener las uñas cortas para prevenir infecciones secundarias. Usar ropa suave y limpia ayuda a reducir el roce y soportar mejor el proceso de cicatrización.
¿Qué medidas alivian el picor intenso asociado a la varicela?
Se recomienda tomar baños tibios con avena coloidal y llevar ropa ligera y holgada. Estas acciones calman el picor sin usar productos que puedan obstruir los poros.
¿Por qué se desaconseja el uso de cremas que obstruyan poros?
Las cremas densas o aceitosas pueden atrapar bacterias y humedad, favoreciendo infecciones. Además, dificultan la evaporación del sudor y alargan la duración de las lesiones.
¿Cuándo es seguro regresar a clases o actividades tras la varicela?
Se puede volver a la escuela o al trabajo cuando todas las ampollas estén completamente secas y cubiertas por costras. En ese momento la persona ya no es contagiosa y el riesgo de propagar el virus ha desaparecido.
¿Qué compone el tratamiento básico de la varicela en niños?
Incluye reposo en casa, antipiréticos para controlar la fiebre y abundante ingesta de líquidos. Siempre es aconsejable consultar al pediatra para ajustar dosis y valorar el uso de antivirales si fuera necesario.
¿Por qué es fundamental mantener al paciente adecuadamente hidratado?
La fiebre y el malestar general pueden aumentar el riesgo de deshidratación, especialmente en niños. Una buena hidratación favorece la recuperación de la piel y el equilibrio del organismo.
¿Qué complicaciones pueden surgir en caso de infección secundaria?
Si las ampollas se infectan pueden derivar en impétigo, cicatrices y, en casos graves, neumonía o encefalitis. Las personas con sistemas inmunitarios debilitados tienen mayor probabilidad de presentar complicaciones.
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